En una extensa entrevista con La Verdad los Hará Libres, el obispo de San Luis, monseñor Gabriel Barba, abordó temas clave como la pobreza, la situación social en la provincia, su visión sobre la Iglesia y su compromiso con los sectores más vulnerables. También respondió a las críticas de sectores políticos y habló sobre su cercanía con la comunidad.
Un obispo que camina las calles y las realidades puntanas
“Estoy muy feliz en San Luis”, dijo con firmeza monseñor Gabriel Barba, quien llegó a la provincia hace casi cinco años y desde entonces, asegura, no ha hecho más que “caminarla”. La frase no es simbólica: literalmente, el obispo recorre a pie los barrios, las calles y los pueblos del interior profundo de la provincia. “Ese trato directo, ese contacto con la gente, para mí no tiene precio”, afirmó.
Durante la entrevista realizada en el programa La Verdad los Hará Libres, Barba expuso su visión de la Iglesia y su manera de ejercer el obispado: “Sueño con una Iglesia que esté muy comprometida con la realidad, que esté cerca de los pobres, que tenga las puertas abiertas y que no se encierre en un espacio de poder o elitismo”, expresó. Y agregó: “El pueblo de San Luis es profundamente religioso, pero muchas veces ha habido una dicotomía entre la organización eclesiástica y la fe del pueblo”.
Sobre la pobreza y la responsabilidad política
Monseñor Barba reconoció que la situación económica de San Luis se ha agravado en los últimos años: “Cuando llegué, no había gente en los semáforos, no había nadie revolviendo tachos. Hoy eso ha cambiado. La crisis golpea y se ve”.
Consultado sobre los índices de pobreza y el rol de la Iglesia frente a esta realidad, Barba explicó: “Nosotros no vamos a solucionar los problemas, pero sí podemos caminar junto a la gente. El gran rol de la Iglesia es sostener la esperanza y construir redes”.
Además, señaló que su acción en Cáritas se orienta a la promoción humana más que al mero asistencialismo: “Cáritas no debe ser solo la bolsa de comida o ropa. Tenemos que trabajar para que las personas sean protagonistas de su salida”.
Críticas de sectores políticos y su respuesta
Durante la charla también se abordaron las declaraciones públicas de referentes del partido NOS, como el doctor Martín Olivera, quien cuestionó su conducción. Barba fue claro: “Yo creo que desean otro tipo de Iglesia, otro tipo de obispo, otro tipo de Papa. Pero son grupos minúsculos. El pueblo de San Luis me manifiesta su amor y su cariño”.
Consultado sobre si ha recibido consultas por parte de funcionarios del poder político provincial, fue tajante: “Nunca. Nunca me consultaron”.
La vida, el aborto y la polarización
El obispo también compartió su postura respecto al debate por el aborto y la defensa de la vida: “Estoy totalmente a favor de la vida desde la concepción. Pero también digo que hay que cuidar la vida como viene. No basta con defender la vida intrauterina si después despreciamos al adicto, al pobre o al que vive en la calle”.
En ese sentido, cuestionó los gestos simbólicos que profundizan divisiones: “Nunca me van a ver con un pañuelo celeste. No porque no defienda la vida, sino porque no quiero seguir tomando caminos de confrontación”.
Educación, presencia en las cárceles y una Iglesia en salida
Barba también se refirió a la educación sexual en las escuelas y a la necesidad de que los colegios católicos puedan enseñar desde su propia antropología cristiana, sin que eso signifique una imposición: “En un mundo libre, la Iglesia también tiene derecho a expresar su pensamiento”.
En una acción simbólica y pastoral fuerte, el obispo llevó recientemente la imagen original del Cristo de la Quebrada al penal de San Luis: “Fue una experiencia muy conmovedora. Muchos internos lloraban, se emocionaban. La presencia de Cristo ahí fue muy poderosa”.