Sentir hinchazón, gases o una digestión pesada es algo común que puede aparecer tras una comida copiosa, una jornada estresante o simplemente por malos hábitos alimenticios. Frente a estas molestias cotidianas, la manzanilla se presenta como una opción natural, segura y efectiva para mejorar la salud digestiva sin necesidad de recurrir a medicamentos.
Conocida científicamente como Matricaria chamomilla, esta planta posee principios activos como flavonoides, bisabolol y ácidos fenólicos, que le otorgan propiedades antiinflamatorias, digestivas y antiespasmódicas.
La manzanilla favorece una digestión más liviana y ayuda a calmar el malestar estomacal, los gases y la inflamación abdominal. Estudios recientes respaldan su uso responsable para tratar síntomas digestivos inespecíficos y mejorar el bienestar intestinal.
Se puede consumir de manera tradicional, en infusión, especialmente después de las comidas principales o cuando hay molestias. También existen preparados farmacéuticos estandarizados, aunque en estos casos es recomendable consultar con un profesional de la salud.
Además, es fundamental acompañar su uso con buenos hábitos alimentarios, como:
Aunque la manzanilla es segura para la mayoría de las personas, se debe tener precaución en embarazadas, personas mayores, personas con enfermedades crónicas o bajo medicación. También se recomienda evitarla en caso de alergias a plantas de la familia de las compuestas.
La manzanilla es una herramienta natural muy útil para quienes buscan aliviar problemas digestivos ocasionales de manera más saludable. Fácil de conseguir, económica y con respaldo científico, su consumo responsable puede hacer una gran diferencia en el día a día.
Si las molestias persisten o se agravan, es clave acudir a un profesional de la salud para un diagnóstico adecuado.