El triunfo electoral en la provincia de Buenos Aires no solo representó una victoria contundente para el peronismo, sino también la consolidación de Axel Kicillof como líder y potencial candidato presidencial hacia 2027.
El gobernador bonaerense validó con los votos toda su estrategia política: resistió presiones internas en 2023 para lanzarse a la presidencia, desdobló por primera vez las elecciones en la provincia —una jugada de alto riesgo— y terminó cosechando un resultado histórico que lo deja en el centro de la escena nacional.
Kicillof no solo ganó: lo hizo con amplitud, recuperó territorios históricamente adversos para el peronismo y se mostró como un dirigente sin manchas de corrupción en su carrera política. Su discurso, medido pero firme, fue leído como el segundo paso de un proyecto presidencial. El primero era este triunfo; el siguiente será ordenar al peronismo de cara a 2027.
El domingo dejó también otros ganadores: Gabriel Katopodis, que consolidó la victoria en el Conurbano norte, y Julio Alak, que sorprendió al imponerse en La Plata, incluso en zonas como City Bell, donde el peronismo no ganaba desde 1946.
Mientras tanto, el presidente Javier Milei atraviesa una severa crisis de gobernabilidad, similar a la de Alberto Fernández antes del desembarco de Sergio Massa en 2022. Su gobierno enfrenta una economía golpeada y un vínculo social desgastado.
El asesor Santiago Caputo logró evitar quedar afuera tras la derrota y ahora busca reconstruir el “triángulo de hierro” del oficialismo. Sin embargo, la interna libertaria sigue al rojo vivo: los Menem, Karina Milei y Caputo disputan la conducción política tras un revés que encendió alarmas dentro y fuera de la Casa Rosada.
En su discurso, Milei prometió autocrítica, pero ratificó su modelo económico. Una lectura que no comparten del todo sus aliados del PRO, quienes señalan que la derrota fue mitad por la economía y mitad por los errores políticos.
Los mercados internacionales no tardaron en dar su veredicto: las acciones argentinas cayeron hasta 15% y los bonos más de 6% en el premarket de Wall Street. Incluso JP Morgan, que había recomendado mantenerse en bonos si la derrota no superaba los cinco puntos, ahora sugiere vender.
Se abre así un escenario de incertidumbre en el que resuenan tres viejos fantasmas de la economía argentina: devaluación, cepo y reperfilamiento de la deuda.
La diferencia obtenida por el peronismo, sumada a la alta participación electoral, genera una pregunta clave: ¿estamos frente a un punto de inflexión en la relación de la sociedad con el proyecto libertario?
Lo cierto es que Kicillof aparece como la carta fuerte del peronismo para 2027, con un triunfo que ordena a su espacio y lo instala como líder indiscutido de la oposición.