
Tras la victoria del oficialismo en las elecciones legislativas, el riesgo país argentino cayó con fuerza y alimentó las expectativas de un regreso al crédito internacional. Sin embargo, los analistas advierten que el índice aún debe descender varios escalones antes de que el país pueda volver a financiarse a tasas razonables.
El indicador que elabora JP Morgan se desplomó 373 puntos básicos, cerrando en 708 unidades, impulsado por una suba de los bonos de hasta el 24%. Esta reacción refleja la mejora en la percepción de los inversores tras los comicios y abre una ventana de oportunidad para el equipo económico de Javier Milei, que busca recuperar el acceso al endeudamiento externo en medio de una agenda de reformas y respaldo internacional.
Según la consultora 1816, el país enfrenta vencimientos por más de USD 4.000 millones en enero y USD 4.400 millones en julio de 2026, mientras que las obligaciones totales en dólares hasta el final del mandato superan los USD 33.900 millones.
A esto se suman compromisos con el Fondo Monetario Internacional, el Club de París, otros organismos multilaterales y tenedores de bonos privados.
El Gobierno cuenta, además, con el apoyo de Estados Unidos y un swap por USD 20.000 millones, que permitiría cubrir pagos inmediatos en caso de no obtener nuevo financiamiento.
Desde Invertir Online (IOL) señalaron que, si la tendencia positiva en la deuda soberana continúa, “no sería descabellado pensar en una nueva emisión de bonos del Tesoro argentino en dólares durante los próximos meses”.
Por su parte, Portfolio Personal Inversiones (PPI) estimó que el riesgo país “debería bajar hasta los 450 puntos básicos para que Argentina vuelva a acceder a los mercados internacionales”, y agregó que el país “aún se mantiene unos 180 puntos por encima del nivel que marcaría la luz verde para el financiamiento externo”.
El banco JP Morgan proyectó que el rendimiento de los bonos argentinos podría caer otros 440 puntos básicos, acercando al país a los niveles de otros emergentes como Egipto o Pakistán.
Además, destacó que el respaldo del presidente estadounidense Donald Trump podría impulsar la demanda de títulos argentinos y mejorar el panorama financiero.
Los especialistas coinciden en que el riesgo país debería estabilizarse por debajo de los 500 puntos básicos para que la Argentina recupere la confianza de los inversores.
De concretarse esa baja, el país podría volver a colocar deuda en moneda extranjera a tasas más competitivas y aliviar los vencimientos previstos para los próximos años.
Por ahora, el desafío de Milei será mantener la estabilidad macroeconómica, cumplir con los pagos en dólares y consolidar el apoyo externo que permita reabrir el acceso al financiamiento internacional.