La votación en Diputados que revirtió los vetos presidenciales al aumento de fondos para la Emergencia Pediátrica y las universidades públicas se convirtió en un duro golpe para el Gobierno de Javier Milei. Aunque en Balcarce 50 esperaban un resultado adverso, la magnitud de la derrota sorprendió incluso a los propios libertarios, que ahora se reparten responsabilidades y miran con preocupación la reacción de los mercados.
Con 173 votos a favor de la insistencia en la Emergencia Pediátrica y 172 para Universidades, la oposición logró superar con holgura los dos tercios necesarios para imponer su posición. La Casa Rosada había intentado contener la fuga de aliados con negociaciones de último momento, pero el resultado fue peor de lo que anticipaban.
“No estaban algunos de los nuestros y perdimos aliados. Les bajamos plata a los gobernadores y ¿no sirvió de nada?”,
se quejó un alto funcionario libertario, en alusión al reparto discrecional de fondos que no alcanzó para retener apoyos.
La sesión fue acompañada por multitudinarias marchas en todo el país, con epicentro en la Ciudad de Buenos Aires, donde gremios, estudiantes y organizaciones sociales reclamaron el financiamiento de la educación y la salud pública.
En la intimidad del Gobierno, el malestar se dirigió hacia la conducción parlamentaria. El sector cercano a Santiago Caputo apuntó contra el presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, y su primo, Eduardo “Lule” Menem, por la estrategia de negociación fallida.
La crítica interna también abarcó la fiscalización de la presencia de diputados oficialistas y aliados. En el oficialismo reconocen que hubo ausencias que profundizaron la brecha en la votación.
El resultado tuvo un efecto inmediato en el frente económico: el riesgo país trepó a 1.226 puntos y el dólar llegó a $1.485, rozando el techo de la banda cambiaria fijada por el Ministerio de Economía. Aun así, en el Gobierno intentaron mostrarse tranquilos.
“Ya sabíamos lo que iba a pasar. La situación está controlada”,
dijeron fuentes de Balcarce 50, que confirmaron que el Presidente mantendrá su agenda de campaña y recibirá mañana a los principales candidatos en la quinta de Olivos.
La derrota legislativa se suma a la reciente caída electoral en la provincia de Buenos Aires, que golpeó el capital político de Milei a semanas de las elecciones de octubre. Ahora, el Gobierno enfrenta el desafío de recomponer la relación con los gobernadores y con el PRO, cuyos referentes se mostraron “muy decepcionados” por la gestión libertaria en el Congreso.
Mientras tanto, desde la oposición ya analizan nuevos proyectos para reforzar el presupuesto universitario y hospitalario en 2026, lo que podría forzar al Ejecutivo a redefinir su estrategia de veto si no quiere seguir acumulando reveses parlamentarios.