En medio de la crisis política más dura desde que llegó a la Casa Rosada, Javier Milei ratificó que no cederá ante el Congreso ni ante los gobernadores. Este miércoles, el Presidente firmó el veto total a la ley de financiamiento universitario y, horas después, también vetó la ley de emergencia sanitaria pediátrica, conocida como “ley Garrahan”.
Desde Balcarce 50 aseguran que la decisión está tomada: “se veta todo”, incluyendo el proyecto que busca redistribuir automáticamente los Aportes del Tesoro Nacional (ATN), impulsado por los 24 gobernadores y que vence el viernes. “No vamos a negociar con una pistola en la cabeza”, dijo un alto funcionario cercano a Milei.
📚 Reacción del Congreso y movilizaciones
El Congreso ya se prepara para intentar insistir con la ley universitaria, que fue aprobada con dos tercios de los votos. Docentes, estudiantes y sindicatos organizan una marcha federal que podría ser masiva.
🏛 Mesa de diálogo en duda
Al mismo tiempo que anuncia los vetos, el Presidente propone abrir una Mesa Federal de Diálogo con gobernadores para estabilizar la política tras la derrota en Buenos Aires. El flamante ministro del Interior, Lisandro Catalán, inició contactos con mandatarios aliados como Alfredo Cornejo (Mendoza), Rogelio Frigerio (Entre Ríos), Leandro Zdero (Chaco), Claudio Poggi (San Luis) y Marcelo Orrego (San Juan).
Sin embargo, los gobernadores piden señales concretas: que no se vete el proyecto de ATN y que se evalúe alguna fórmula de reparto automático de los fondos no utilizados al cierre de cada ejercicio fiscal.
⚖️ Tensión en la interna libertaria
Mientras Milei insiste en que no se moverá “ni un milímetro” de su plan de déficit cero, control monetario y bandas cambiarias acordadas con el FMI, algunos de sus colaboradores, como Martín Menem y Guillermo Francos, buscan una “salida política” para evitar nuevas derrotas en el Congreso.
El escenario es complejo: el oficialismo necesita reconstruir vínculos con los gobernadores en medio de la campaña rumbo a las elecciones nacionales de octubre, pero el Presidente mantiene su discurso de austeridad y confrontación con el gasto público.