“Siempre te recibía con una sonrisa”, dice Víctor Bugge, el fotógrafo que retrató a todos los presidentes argentinos desde la dictadura hasta la gestión de Javier Milei. Su archivo es una cápsula del tiempo, y su cámara fue testigo de escenas que hoy son parte de la memoria colectiva del país. Entre ellas, las más icónicas de Carlos Menem, el presidente que marcó los años ‘90.
El reciente estreno de una serie sobre Menem en una plataforma de streaming reavivó el interés por aquellos años y por las imágenes que los representan. En la ficción, aparece un fotógrafo como hilo conductor. En la vida real, ese rol lo ocupó Bugge, quien acompañó al exmandatario durante diez años de gobierno, registrando desde encuentros diplomáticos hasta instantes de profunda intimidad.
“Siempre me sacaste fotos vos a mí. Dejame que te saque una”, le dijo Menem en tono amistoso a Bugge durante una reunión a comienzos de los 2000. El fotógrafo accedió y posó, por única vez, frente a su propio lente, esta vez en manos del ex presidente. La postal, inédita hasta hace poco, fue tomada por la fotógrafa Nadia Ingaramo Nóbile y hoy forma parte de su archivo más personal.
Bugge fue testigo de momentos cruciales. Uno de ellos ocurrió tras la firma de los indultos a militares y ex jefes guerrilleros: “Lo vi prender un cigarrillo, un mechón de pelo le cayó al rostro… y supe que era la foto”, recuerda.
También estuvo presente cuando Menem recibió a los Rolling Stones en Olivos, se reunió con Charly García, compartió encuentros con Maradona y Pelé, o firmó el Pacto de Olivos con Raúl Alfonsín. “Eran postales que mostraban a un presidente distinto, explosivo, carismático, que podía estar amasando pan en una chaya riojana y, horas después, pilotear un avión presidencial”, dice.
Una de las imágenes más emblemáticas de aquella etapa es la que muestra a Menem y Alfonsín caminando de espaldas por los jardines de Olivos. “Salieron a hablar lejos de los micrófonos y las grabadoras. Disparé la cámara desde la distancia. Años después le pregunté a Alfonsín qué se habían dicho. ‘Le pregunté cuándo quería asumir, y me dijo: ya’. Me imitó su acento riojano. Fue un momento muy íntimo”, confiesa Bugge.
También fue testigo de los momentos más duros de la vida del presidente. Estuvo presente en el entierro de su hijo, Carlitos Menem, tras el trágico accidente en helicóptero. “Saqué pocas fotos, por respeto. Solo una en la que se abrazaba al ataúd, y otra desde lejos, usando la espalda de Maradona como apoyo para mi cámara”, relata.
Durante décadas, Víctor Bugge fue parte silenciosa pero esencial del poder en Argentina. Su cámara capturó la política, la emoción, los gestos y los silencios. “Nunca opiné, solo retraté. Pero cada foto que tomé habló por sí sola”, afirma.
Hoy, mientras la serie de Menem revive debates sobre su figura, las imágenes de Bugge nos devuelven algo más profundo: la historia real, tal como fue vivida.
Fuente: Infobae