Un avión de Flybondi con 179 pasajeros a bordo aterrizó de forma irregular en el Aeroparque Jorge Newbery, situación que encendió la alarma por el manejo de seguridad de la aerolínea. Pese al incidente, la aeronave siguió operativa y realizó un vuelo a Mendoza sin someterse a revisiones de seguridad.
Fuentes del sector advirtieron que Flybondi suele operar con menos técnicos en sus bases en comparación con otras aerolíneas, lo que limita la capacidad de revisión de sus aviones en casos de emergencia. En comparación, Aerolíneas Argentinas cuenta con personal de mantenimiento en cada aeropuerto, quienes verifican las condiciones de las aeronaves antes de cada vuelo.
La Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC) y la Empresa Argentina de Navegación Aérea (EANA) sólo pueden intervenir en tales incidentes si el piloto reporta el suceso como un accidente. Esto ha generado preocupaciones sobre la falta de controles efectivos para garantizar la seguridad de los pasajeros, especialmente en una empresa que, según fuentes, opera con menos recursos y personal en condiciones laborales precarias.
El debate sobre la privatización de Aerolíneas Argentinas ha vuelto a poner en el centro la discusión sobre la política de cielos abiertos y las regulaciones en torno a las aerolíneas de bajo costo.