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SAN LUIS

1 de octubre de 2019

El cadáver de Ariana fue enterrado con el cuchillo en el cuello

Por: Crónica

El cuerpo de la mujer de 30 años, que fue asesinada por su padre en Villa Tesei, fue encontrado con el arma homicida. Detalles escalofriantes.

El cuerpo de Ariana Yésica Palacios, fue hallado en el jardín de su casa de la localidad bonaerense de Villa Tesei. En su cuello, aún estaba clavada el arma homicida: el cuello que utilizó su padre, quien confesó el crimen, para asesinarla.

El cadáver fue hallado en la casa de la víctima, situada en la calle Felix Frías al 3577, luego de que su papá le confesara a otro hijo que él la había degollado y sepultado en el patio tras una pelea. La autopsia reveló luego que Ariana murió luego de recibir tres puñaladas en el cuello. 

La víctima estaba desaparecida desde el 28 de agosto y residía junto a sus padres y una hija de 6 años en la vivienda donde fue encontrada asesinada. Por el crimen, su padre, Willy Palacios (64), de nacionalidad boliviana y quien trabaja en una funeraria porteña, quedó detenido este lunes luego de que otro de sus hijos y hermano de la víctima se presentara ante los investigadores para denunciarlo.

El acusado confesó esta tarde al ser indagado por el fiscal de la causa, Walter Leguisamo, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 2 de Morón, quien le imputó el delito de "homicidio agravado por el vínculo y por femicidio" y dispuso que mañana se lleve a cabo la autopsia.

Según los voceros, el hijo de Palacios le dijo a la Policía que su padre le contó que el 28 de agosto, alrededor de las 11, discutió con Ariana cuando estaban a solas en su casa, forcejearon, la asesinó provocándole un corte en el cuello y luego la enterró en el patio de su vivienda sin decirle nada a nadie.

Ante esta denuncia, el fiscal Leguisamo ordenó la inmediata aprehensión de Palacios y que agentes de la comisaría 2da. de Villa Tesei preservaran la propiedad para que excavaran en busca del cadáver.
Policías, bomberos y peritos de Policía Científica trabajaron durante dos horas en el lugar hasta que un perro rastreador de cadáveres les indicó el lugar donde se encontraba el cuerpo. 
En la casa donde fue hallado el cadáver vivían Ariana, que había nacido en Argentina; sus padres, ambos inmigrantes de nacionalidad boliviana; y la hija de 6 años que la víctima había tenido con una pareja del pasado.

Ariana trabajaba en un call center de Capital Federal, mientras que su madre lo hacía en el taller de una marca de lencería y el padre en una funeraria porteña donde hacía servicios para famosos fallecidos, como Ricardo Fort.



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