Con una inversión masiva en las elecciones de 2024, la industria de las criptomonedas ha asegurado posiciones clave en el gobierno de Estados Unidos. Los fondos destinados por el sector cripto a campañas políticas superaron incluso a los de algunas de las industrias tradicionales más influyentes, como el tabaco y los combustibles fósiles. Este respaldo financiero ha llevado al Congreso a un total de 253 representantes y 16 senadores que apoyan las criptomonedas, consolidando una red de legisladores aliados con el sector.
Cripto y el cambio en la balanza política: el caso de Ohio
Uno de los casos más representativos de esta influencia es la victoria de Bernie Moreno en Ohio. Apoyado por fondos de la industria cripto, Moreno derrotó a Sherrod Brown, un crítico de los activos digitales. Esta victoria demuestra cómo los recursos del sector pueden desplazar a figuras que amenazan sus intereses y refuerzan el compromiso del cripto con candidatos favorables a su causa.
Los PAC y su rol en el ascenso del cripto
Detrás de esta influencia están los super PAC, como Fairshake, financiado por empresas como Ripple y Coinbase, que recaudó unos 135 millones de dólares. Aunque este PAC ha enfrentado críticas, su inversión ha resultado efectiva, consolidando el poder de la industria en el Capitolio. La controversia no ha detenido el respaldo de figuras emblemáticas del sector, como los hermanos Winklevoss, quienes ven en estos resultados una victoria frente a los reguladores que presionan por normas más estrictas.
¿Qué sigue para la regulación del cripto en Estados Unidos?
La creciente presencia de representantes pro-cripto en el gobierno plantea dudas sobre el futuro de la regulación de los activos digitales. Los defensores de la industria buscan un enfoque regulatorio más favorable y ven su éxito en las urnas como un paso hacia la consolidación de este marco. Sin embargo, la influencia financiera que permitió estos logros también plantea cuestionamientos sobre la ética en la política estadounidense y la capacidad de la industria de influir en el sistema legislativo.
Con estos resultados, el sector cripto avanza en la política de Estados Unidos, allanando el camino para un entorno regulatorio potencialmente más flexible en los próximos años.