Sus primeros momentos ya estaban marcados por la incertidumbre. Su madre, **Maira Victoria**, sabía que su hijo luchaba contra el tiempo desde el instante en que nació. Rápidamente, Ángel fue trasladado a otro hospital en **Caleta Olivia**, donde la sombra de la tragedia se cernía sobre él. Tras un paro cardíaco, una noticia devastadora: los médicos habían declarado sin vida a este pequeño guerrero y le expidieron un certificado de defunción.
Pero la vida tenía otros planes para Ángel. Un giro del destino que pondría a prueba la fe y la esperanza. El momento crucial llegó cuando su abuela, al acercarse a la morgue para reconocer al bebé, notó algo extraordinario. Un leve movimiento, un susurro de vida. ¡Ángel estaba respirando! Con manos temblorosas, lo levantó y confirmó lo que todos pensaban imposible: el pequeño seguía luchando.
Rápidamente, Ángel fue llevado de nueva cuenta al quirófano, donde sigue su batalla en la unidad de neonatología. Su historia es un llamado a la solidaridad, un recordatorio de que cada vida es un milagro, por pequeño que sea. Sin embargo, la familia enfrenta no solo un desafío emocional, sino también una carga económica considerable. Los altos costos del traslado y la atención médica son un obstáculo en este delicado momento.
A través de esta conmovedora historia, se hace un llamado a la solidaridad comunitaria. Cada pequeño aporte cuenta para asegurar que Ángel reciba el tratamiento que necesita y continúe su lucha por la vida. Es un recordatorio de que en la adversidad podemos encontrar esperanza y unión.
Te invitamos a compartir esta historia y ayudar a que Ángel pueda recibir el apoyo necesario. Cuando se trata de la vida, cada gesto cuenta. ¿Te unes a esta causa?