En un rincón de la provincia de Santa Fe, se desató un drama que estremeció a toda Argentina. Rubén Alexander Sanabria, un joven de apenas 24 años, se convirtió en el principal sospechoso del brutal asesinato de su hijastra, Luz Milagros Mendoza Del Valle. La inocente niña, de solo tres años, perdió la vida en medio de circunstancias desconcertantes y desgarradoras que dejaron a todos preguntándose: ¿cómo puede suceder algo así?
El lugar de esta tragedia fue La Matanza, en la provincia de Buenos Aires. Una mañana, la pequeña Luz fue hallada con graves lesiones que atravesaban su cuerpo. La descripción de los daños en su cabeza, brazos, piernas y espalda sugiere un ataque con cables u objetos contundentes, algo que resulta difícil de imaginar. En una sociedad que clama por justicia, este caso se presenta como una herida abierta que grita respuestas.
Detrás de esta historia, se encuentra una madre, Susana Del Valle Cuba, quien también fue arrestada. La sospecha que pesa sobre ella es la de haber encubierto el crimen y, posiblemente, falseado su declaración sobre los hechos. Las investigaciones apuntan a que Luz habría fallecido horas antes de que su madre decidiera contactar a las autoridades, lo cual suma un velo de misterio y desconfianza sobre su testimonio.
Pero el hilo de esta historia no termina aquí. Rubén Sanabria, el principal acusado, no era un extraño en el mundo del crimen. Ya contaba con un pedido de captura a nivel nacional e internacional por su vinculación con el narcotráfico en Paraguay. Sin embargo, su suerte cambió cuando fue encontrado en Rosario, ocultándose en casa de un familiar. La captura se produjo gracias a un operativo excepcional, fruto de la colaboración entre la Policía Bonaerense y la Policía Federal Argentina. Este operativo es un recordatorio de que, a pesar de la oscuridad, siempre hay quienes luchan por la justicia.
Hoy, este desgarrador caso sigue bajo la lupa de la Fiscalía Especializada en Homicidios del Departamento Judicial de La Matanza. La historia de Luz Milagros, más que una tragedia personal, se ha transformado en un símbolo de la lucha por erradicar la violencia y proteger a los más vulnerables.
¿Qué reflexiones nos deja este triste episodio? La necesidad de escuchar a quienes están en riesgo, de actuar a tiempo y de garantizar que la justicia prevalezca por encima de todo. En honor a Luz, es imperativo que no se olvide esta historia, que se convierta en un llamado a la acción para todos nosotros.