Desde 2022, un equipo de investigadores, liderado por Luciano Alaniz, Valentina Piquillem y Leandro Barboza, ha estado estudiando una abeja endémica en el Sitio Ramsar Lagunas de Guanacache, Desaguadero y del Bebedero, con el apoyo de guardaparques y técnicos del Área Natural Protegida. Este insecto, que no forma colonias ni produce miel, se ha convertido en un descubrimiento significativo por su rol ecológico, ya que es una polinizadora excelente y una fuente de alimento para varias especies locales, como la monjita salinera.
Un comportamiento de reproducción único
La abeja se reproduce en tierra arcillosa con condiciones específicas de humedad. Según el guardaparques Jesús Lucero, en un metro cuadrado puede haber más de 300 nidos, en los cuales la hembra pone de dos a tres huevos. Los insectos pasan el año en forma de huevo bajo tierra y emergen como adultos en octubre, cuando comienzan las lluvias, permaneciendo activos hasta noviembre.
Impacto en la biodiversidad y el ecosistema del sitio Ramsar
El estudio ha identificado que en la región de San Luis hay entre 2 y 3 hectáreas con actividad de esta abeja, lo que refuerza la biodiversidad del área y beneficia a varias especies nativas. Además de servir de alimento para aves e insectos, la actividad de esta abeja fomenta la polinización en bosques nativos, lo que facilita la regeneración de especies vegetales como el piquillín, las jarillas, los algarrobos y las tuscas.
Importancia educativa y turística
La peculiaridad de esta abeja puede promover el ecoturismo y la educación ambiental en el Sitio Ramsar. Leandro Barboza, uno de los investigadores, destacó la necesidad de valorar a las especies de abejas nativas y su papel en la salud de los ecosistemas, dado el preocupante declive global de insectos. Este descubrimiento subraya la importancia de la conservación y el conocimiento de especies que suelen pasar desapercibidas, pero que son fundamentales para la biodiversidad.
Fuente: Prensa Gobierno de la provincia de San Luis