A diez años de la muerte de Sandro
Fue ídolo en una época de estereotipos masculinos protectores, en la que virilidad y sensualidad podían ser sinónimos. Pero también fue, finalmente, un artista único, que soportó los embates y el desprecio de quienes luego se rindieron a sus pies. Para sus "nenas" nunca hubo discusión.