Un relevamiento realizado por el Isepci reveló que las ventas de alimentos en pequeños comercios del Conurbano Bonaerense cayeron un 20,5% en lo que va del año. Esta abrupta baja se debe principalmente a la pérdida del poder adquisitivo de las familias, que enfrentan una fuerte caída en los salarios reales. La situación ha obligado a muchos comerciantes a reducir precios para retener clientes, aunque la demanda sigue en descenso.