Las palabras de Canosa fueron como un rayo en un cielo despejado, acusando a Tagliani de tener supuestos vínculos con redes de pedofilia, alegando además su presencia en eventos de la farándula acompañada de menores. Frente a estas contundentes afirmaciones, la reacción de Tagliani no se hizo esperar. Con una determinación inquebrantable, desmintió categóricamente cualquier asociación con tales atrocidades, dejando claro: “Jamás estuve en ninguna red de pedofilia. Jamás en mi vida se me ocurrió. Ni siquiera estar en una red de pedofilia.”
Las acusaciones de Canosa, que planea presentar pruebas en la justicia el próximo 16 de abril en Comodoro Py, llevaron a Tagliani a tomar cartas en el asunto. En un gesto que subraya su firmeza en el enfrentamiento, la humorista ha iniciado acciones legales en contra de la presentadora, solicitando también la colaboración de sus seguidores en la búsqueda de cualquier evidencia que pueda respaldar su defensa.
Este desencuentro no solo refleja la tensión que puede surgir en el campo del entretenimiento, sino que también pone de relieve la importancia de las palabras y cómo estas pueden impactar la vida de las personas. Tagliani, en medio de esta tormenta, se mantiene firme en su verdad y busca proteger su imagen a toda costa, un testimonio de la resiliencia en un mundo donde las acusaciones pueden correr como fuego.
La situación sigue desarrollándose, y el público permanece atento a los próximos pasos de ambas partes. ¿Qué consecuencia tendrá este enfrentamiento para sus carreras? Solo el tiempo lo dirá, pero una cosa es segura: la historia de Lizy Tagliani y Viviana Canosa está lejos de terminar.